Poetas y poemas


En 2006 se celebraron los 150 años de independencia y entre otros actos programé una lectura de poemas de poetas locales. Aquí publico algunos de aquellos poemas que hablan del amor por su pueblo de sus autores.


BIENVENIDA

DESPEDIDA A LOS PADRES MISIONEROS

 

Al soldado de este pueblo

que cubrió plaza por él,

le saludan sus paisanos,

por haber sido el primero

ascendido a coronel.

 

Al coronel de La habana,

que en esa tenaz campaña,

ha dado el golpe de gracia,

y para gloria de España

a la insurrección cubana.

 

Por el hizo prisionero

a su presidente Estrada,

en los montes de alta gracia

y secretario de cámara.

 

Los laureles y las cruces,

los grados y los empleos,

no sólo le honran a usted

sino también a este pueblo.

 

En Mayaré u Siguaney,

en las Inzuetas y en Holguín,

 

 

los periódicos de Cuba

le han sabido distinguir.

 

Bien venido Coronel,

aquí a su tierra nativa,

porque a la vez saludamos

a su señora y familia.

 

La juventud de su pueblo,

que aunque no le conocía,

le saluda entusiasmada

por su valor y energía.

 

Venid bravo militar,

que este pueblo os espera,

con ostentosa bandera

que supisteis conquistar.

 

Siga, siga su carrera,

por ser joven coronel,

recoja nuevo laurel,

que tus amigos desean

ascendáis a brigadier

 

 

¡Oh! Caros misioneros,

qué recuerdos dejáis,

a la grey de este pueblo

que con delirio amáis.

 

Con un ferviente celo

y verdadero amor,

de vos nos despedimos

transidos de dolor.

 

Tranquilo y sosegado

quedáis al pecador,

con vuestras bendiciones

prestadas con fervor.

 

Triduos por la Virgen

en esta petición,

el grande desconsuelo

con vuestra aumentación.

 

Mirad que no olvidamos

la gran solicitud,

que en vuestro digno cargo

hacéis con gratitud.

 

En nuestros corazones

estampados estáis,

con el sello de gracia

que amables prodigáis.

 

Sois fuente de consuelo,

tesoro de piedad,

y aquel que os conozca

por fuerza os ha de amar.

 

Adiós, benignos Padres,

no olvidéis nuestro amor,

que este sencillo pueblo

profesa con ardor.

 

Adiós, adiós mil veces,

que de veras os vais,

apóstoles de gracia

que por doquier sembráis.

 

Volando por regiones

como rayo veloz,

esparcís la doctrina

de nuestro redentor.

 

Sois Padres de ternura

que causa admiración,

cual ángeles divinos

llenos de inspiración.

 

Dechado de virtudes,

escala de Jacob,

para subir al cielo

y ver al Salvador.

 

Perdonadnos piadosos

si alguno os ofendió,

por todos humillados

imploramos perdón.

 

Contritos nos quedamos

con vuestra exhortación,

de vos nos separamos

diciendo adiós, adiós.

 

Poema de  D. José Nágera escrito probablemente hacia 1860

Está dedicado a D. Agustín Mozo y Viejo, ilustre mudarreño, alistado muy joven y que llegó a coronel en la Guerra de Cuba, a su regreso a La Mudarra.
 

Poesía de D. José Nágera, escrito el 13 de Marzo  de 1879

 Está dedicada a los Padres Misioneros, que se iban de La Mudarra tras unos días de afirmación espiritual.

 

 

EL PUEBLO

 

TENDIDO al sol y a la quietud, cercano

al latido entrañable de tu suelo,

vives tú, pueblo mío, en el desvelo

de darte y ofrecerte grano a grano-

 

Por !a gracia de Dios buen castellano,

Castilla afirma en ti remanso y vuelo

desde esta tierra que te asciende al cielo

como puesto en la palma de la mano.
 

Luz en ti, luz intensa, derramándose
sobre todas la cosas. Y regazo de humo

dormido que el recuerdo amarra,

donde el ayer y el hoy andan buscándose
dentro de ti, para sentir tu abrazo,

manantial de mis días, La Mudarra.

Poema de D. Leopoldo Cortejoso, a La Mudarra (1973)

 

 

OFRENDA


PORQUE
un día tejano de noviembre,

me diste un rincón para abrir tos ojos a la vida,

el amor de tu lumbre, la luz estremecida

y el agua bautismal que de gracia reviste.

 

Porque crecí a la sombra de tu iglesia y quisiste

dar al niño que fui, consistencia y medida,

porque en ti mi primera palabra fue nacida

y a mi presencia el mundo de par en par abriste.

 

Por todas estas cosas y porque eres ejemplo

de una Castilla, terca y audaz, yo te contemplo,

ojos de niño y hombre a la vez, con orgullo.

 

Vencido estoy de amor y a mi humildad me vuelvo,
mas deja, pueblo mío, que a la par que te absuelvo
por tanto amor, te diga: Mi corazón es tuyo.

Poema de D. Leopoldo Cortejoso, dedicado a su pueblo (1973)


PALOMAR DE MI INFANCIA


Solo de luz en Castilla,

el palomar de mi infancia.

 

Solo de tierra cocida

por los aires que ya cantan,

el ayer de mis andares,

hogaño de mis andanzas.

¡Cuántos silencios de gozo!

¡Cuántos años a tu espalda!

siempre redondo de luna,

redondo blanco de hogaza,

apoyado en la ladera

refugio como un alcázar...

palomas que van y vienen

en zureos acunadas

tejiendo vidas y amores

en el ruedo de tu plaza.

 

Tejas coronan tus sienes

que siglos han puesto plata,

contrastando azul brillante

las torcaces que ya amasan

nuevos nidos, nuevas vidas,

bajo el cielo que te ampara.

Eres remanso de paz,

oasis de gleba parda...

¡Parameras de Torozos!

¡palomar de la Mudarra!

... y mi vigilia celando

palomas en lontananza...

 

Sólo de luz en Castilla

el palomar de mi infancia.

Poema de D. Godofredo Garabito Gregorio editado en 1972
 


POR LAS SENDAS DE TOROZOS

(fragmento)


Me está creciendo la tarde,

tarde de plata y presencia.

 

Al caminar muy despacio

estos caminos y sendas,

donde la gloria se busca,

donde la historia se encuentra,

en el latir de aquel hombre,

en el llanto del poeta

o de aquel pastor lejano

que está apacentando ovejas,

con la cayada muy firme

entre manos que se aprietan.

El zurrón, con provisiones,

medallas en bandolera,

manta de cuadros al hombro,

boina cubriendo la testa,

que de filosofías sabe,

al tiempo de cerros plena

tiene la frente surcada

y el perro fiel a su vera.

Está cantando y contando,

sin dejar de ver estrellas,

que por aquí en el otoño

hacen guiño a las veletas

de campanarios y torres

de nuestro exvoto epopeya,

de pámpanos y racimos,

de merinas y de Mesta

de cuanto en este paraje

de cellisca o de tormenta,

de sol que madura espigas

de heladas que todo yelan,

hace vida en hidalguía

de cualquier señor, cualquiera.

Poema de D. Godofredo Garabito Gregorio,
dedicado a CLAUDIO COLLAZOS
, pastor

     
   

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